
El gobierno de Estados Unidos instaló en el muro fronterizo con México más alambrada de navajas en lo alto de la estructura, esto aunado a las tanquetas militares, la construcción de un segundo muro en Nuevo México, y que pintaron de negro las barras de metal para elevar su temperatura y hacer más difícil su escalada.
Estas medidas hacen que el tramo de la frontera entre ambos países sea un lugar más hostil, por lo que activistas y organizaciones religiosas las califican de “inhumanas” y “crueles”.

Los trabajos se fortalecieron tras la visita de la secretaria de Seguridad de Estados Unidos, Kristi Noem, mientras que los albergues de migrantes en Ciudad Juárez y representantes de la Iglesia católica y evangélica, se han mantenido en la preocupación, y advirtieron que las acciones no frenarán la migración, pero sí harán más peligroso el cruce irregular.
La Administración del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha arrestado a más de 300 mil migrantes indocumentados en los primeros seis meses desde su regreso al poder, reforzado el mandato de agencias como el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), informó la Casa Blanca a inicios de agosto.